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SOMOS

En Jardines de San Nicolás nos apasiona cultivar personas para cosechar sentimientos, que son nuestros crisantemos, los cuales exportamos al mundo para celebrar la vida. Nuestra gestión es respaldada con acciones ambientales, productivas y sociales, que hacen de nuestro cultivo una empresa responsable que aporta al desarrollo de la región del Oriente antioqueño y del país. Trabajamos con amor y responsabilidad y con personas comprometidas con la floricultura colombiana.

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Descripcion

DE PUERTAS ABIERTAS

En Jardines de San Nicolás S.A.S, creemos en florecer junto a la comunidad. Atendemos solicitudes de entidades públicas y privadas, ofreciendo apoyo en actividades como días de campo, levantamiento de barreras vivas y realización de sueños para los niños de las escuelas locales.

Nos enorgullece ser un modelo en La Ceja, destacando no sólo por nuestra retribución justa, sino también por nuestro compromiso con el medio ambiente. Mantenemos las puertas abiertas para estudiantes, grupos empresariales y turistas que desean conocer nuestro proceso floricultor y recorrer nuestras instalaciones en bicicleta. Con este tipo de recorridos, los cuales hacemos en convenio con nuestro aliado Zona Bici, fortalecemos los imaginarios positivos del sector y fomentamos el patrimonio bicicletero de La Ceja del Tambo.

Rechazamos el trabajo infantil y promovemos conversatorios con vecinos para entender sus necesidades. Colaboramos estrechamente con la alcaldía, donamos flores para eventos y apoyamos iniciativas como el premio “Cuida la vida en la vía”, que fomenta el uso de la bicicleta entre los habitantes.

A través de la Fundación Maná Fútbol Club, apadrinamos a niños que sueñan con ser deportistas, brindándoles apoyo académico y ocupacional. También colaboramos a través de Zona Bici con Comfama, en programas formativos y recreativos que invitan a niños, jóvenes y adultos a conocer nuestro cultivo mientras se promueve la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente.

PARA NUESTRO TALENTO HUMANO

En Jardines de San Nicolás S.A.S, no sólo cumplimos con los compromisos legales, sino que también nos preocupamos por el bienestar de nuestros colaboradores y sus familias. Ofrecemos diversas oportunidades de participación y capacitación, así como cursos para promover su felicidad, como natación y baile, talleres de manicure, arreglos navideños y peinado, que les permiten aumentar sus ingresos en su tiempo libre.

Brindamos becas para que nuestros trabajadores y sus familias puedan mejorar su educación y les apoyamos en la gestión de subsidios de vivienda para adquirir su casa propia. También contamos con asesores profesionales en diversas áreas, afiliamos a nuestros colaboradores a una póliza exequial y ofrecemos descuentos en servicios odontológicos.

A través del programa Siembra Valor, premiamos su permanencia, actitud y rendimiento otorgándoles puntos canjeables por productos y beneficios.

Gente que Cultiva Sentimientos

Arley

Arley creció en una familia de floricultores. Cuando era niño veía salir a su papá de su casa en bicicleta a trabajar en el cultivo de las flores que, desde La Ceja, viajan al mundo desde hace más de 50 años. Probablemente al ver a su papá en la cotidianidad de las flores, se sembró en el corazón de Arley una posibilidad de vida asociada a los cultivos de flores y fue así cuando se dio la oportunidad hace 22 años, de ser él quien todos los días sale de su casa a trabajar en un sector que ha generado desarrollo en el altiplano del Oriente antioqueño.

De la experiencia que ha tenido Arley con la floricultura, la que más le ha generado aprendizajes y transformación fue presenciar como a través de la fe, de un trabajo colectivo y de la fuerza que nace en los corazones cuando se tiene un propósito, se dio la recuperación del cultivo que desde hace 10 años nació como Jardines de San Nicolás. Él vivió los últimos días de una empresa que se fue apagando, donde se perdieron los colores de las flores, la esperanza estaba perdida, y, con curiosidad, empezó a notar cómo ese espacio tan conocido para él fue llenándose de una fe renovada, del ¡Si se puede!, con amor, perseverancia, paciencia, trabajo consciente y colaborativo. Arley recuerda ver al Dr. Alirio Ramírez y su equipo de colaboradores como ángeles salvadores de las flores. Lo más emocionante que recuerda Arley y que quedó cultivado en su interior fue presenciar cómo la vida empezó a germinar, reverdecer y florecer, y así como reverdecían las camas de producción, reverdecía también su corazón con una motivación sanadora que impulsó mucho más su amor por la floricultura.

Hoy Arely se desempeña como supervisor de producción. Jardines de San Nicolás le ha dado la posibilidad de formarse en temas técnicos y humanos en los que ha desarrollado capacidades para acompañar a otras personas. Siente mucho orgullo de su trabajo y de saber que, en otras partes del mundo, los sentimientos que cultiva con sus compañeros, que son las flores de exportación, llegan para agradecer, enamorar, y celebrar la vida.

Gloria Inés
El amor se cultiva --- Cultivando y cosechando en familia

Gloria Inés llegó a La Ceja desde el municipio de Abejorral hace 25 años y encontró en la floricultura una oportunidad para trabajar y sacar adelante a sus hijos. Hace 20 años labora con las flores, conoce muy bien el oficio y le encantan los pompones y los spiders. Desde hace un año hace parte de la familia Jardines de San Nicolás. Cada mañana al despertar, la motivan sus hijos y llegar al lugar lindo que es su trabajo, ver la explosión de colores y sentir el aroma de los crisantemos que cultiva y que cuida; en las flores encuentra paz y tranquilidad.

En Jardines de San Nicolás ha encontrado bienestar para ella y su familia. En este oficio que la enorgullece y le ha permitido cumplir un propósito de vida tiene una gran compañera, su hija Leidy Johana quien también trabaja en la empresa.

Leidy ama profundamente a su mamá, la admira en su valentía de enfrentarse a las circunstancias para cumplir sus sueños y apoyar a sus hijos, de ella ha aprendido lo bonito de la floricultura, cómo cuidar las plantas y hacer buenas cosechas. Madre e hija como una planta de flores y su esqueje, disfrutan la vida juntas, en compañía y en la floricultura de Jardines de San Nicolás.

Luis Guillermo Restrepo
Cultivador de amor y amistad


Hace 18 años que está vinculado a la floricultura. Trabaja contento y feliz en Jardines de San Nicolás, empresa que considera su segunda familia hace 10 años y en la que reparte actualmente en bicicleta, suministros en los bloques donde crecen las flores. Como nos comparte él "la bici es su mano derecha".

Luis Guillermo nos dice "si el trabajador está bien, la flor está bien" porque él sabe que el amor a su trabajo, es el que permite grandiosas cosechas. Es por todo esto que agradece la posibilidad de hacer parte de la familia Jardines de San Nicolás, empresa donde se cultivan personas para cosechar sentimientos, nuestras flores.

Luis Guillermo ha cultivado una hermosa familia en la que florecen su esposa y cinco hijas, él es bendito entre sus seis mujeres. Los cuidados de Luis Guillermo y su esposa han permitido que sus cinco hijas hayan desarrollado sus propósitos de vida, la mayor está dedicada a los servicios religiosos, las dos primeras mellizas se formaron como Comunicadora Social e Ingeniera Agropecuaria y sus dos últimas hijas, también mellizas, se están formando como Ingenieras Agroindustriales. ¿Cómo ha sacado su familia adelante?, Luis Guillermo nos comparte que "la plata bien manejadita le va dando a uno, a veces le toca a uno duro, pero, mientras no falte el empleo, uno saca los hijos adelante".

Henry Mejía Román
Ponerse la camiseta


Henry Mejía Román descubrió que ponerse la camiseta de la empresa, lo que implica participar de manera activa en los diferentes procesos del cultivo, le ha traído beneficios personales, para su familia y por supuesto, para Jardines de San Nicolás.

Sus labores en el cultivo se centran principalmente en actividades de aspirado de las plantas en el control fitosanitario. Este año empezó a aportar su trabajo y su tiempo para labores adicionales en las temporadas (picos) del cultivo, porque en años anteriores no colaboraba con horas extras. Henry nos compartió: “este año me cambió el chip, le agradezco al Doctor Alirio por su invitación para aportar en este tipo de actividades, realmente he encontrado que cuando nos ponemos la camiseta y tenemos actitudes de colaboración, logramos beneficios personales y para la empresa. Este año he aportado con mi trabajo en las labores de corte y sala y he sentido los beneficios de tener una actitud de colaboración. Cuando me vio el Doctor Alirio no me creía” y con este cambio de chip como menciona Henry, encontró que en la vida podemos cambiar de actitud para lograr cosas positivas.

Henry está haciendo cosechas de una vida dedicada a la floricultura, con el trabajo en Jardines de San Nicolás logró cumplir las semanas requeridas para lograr su pensión, aunque le faltan años para cumplir la edad de retiro; ir a su empresa en bicicleta le ha aportado buena salud y recursos económicos que ha destinado para su familia; ha cosechado beneficios a través del Fondo de Empleados y otros programas de la empresa y ha crecido en el deporte porque hoy es la persona encargada de entrenar y motivar a sus compañeros en el equipo de fútbol La Edad Dorada con el que se hace una excelente representación de la empresa en tornos municipales.

Ponerse la camiseta contribuye con los propósitos personales y organizacionales

Rosa María
Sembradora de sentimientos


Rosa María Castro Cano vive en la vereda San Nicolás de La Ceja del Tambo con su esposo, sus dos hijas, su padre y su hermano. Actualmente se dedica a la siembra de esquejes en el área de enraizamiento de la empresa Jardines de San Nicolás en la que ha trabajo los últimos 11 años. Su esposo también está vinculado a la empresa y sus hijas estudian en la universidad.

Rosa María se levanta todos los días a las 3:30 de la mañana para organizar su casa, preparar los alimentos y cuidar a su papá que necesita acompañamiento especial por su discapacidad. Con mucha alegría sale a trabajar a las 5:10 de la mañana en su bicicleta. Su bici ha sido su gran compañera en el camino al trabajo los últimos 20 años.

En sus tiempos libres, Rosa María escucha su música preferida, el vallenato. Los fines de semana sale con su esposo a montar en bici y en las tardes, cuando tiene tiempo libre, se dedica al cultivo del jardín de su casa, como dice ella, “las plantas hay que consentirlas” y así con ese amor que cuida las plantas de su hogar, también cuida las flores que cultiva en Jardines de San Nicolás.

Rosa María se siente muy feliz trabajando en la empresa, desde su labor principal que ha sido la siembra, tiene mucho por agradecer, en las plántulas que ve crecer es consciente del crecimiento de su familia. Con apoyo de la empresa, ha visto el crecimiento de sus hijas en sus propósitos de vida y en su formación profesional, también gracias a su labor ha podido conseguir su casa y salir adelante con su familia.

Rosa María siente que en Jardines de San Nicolás, ella y su familia han cultivado una hermosa vida.

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Km 3 vía La Ceja - Pontezuela, vereda San Nicolás, municipio de La Ceja del Tambo

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